Quiero iniciar el recorrido aprovechando un reciente viaje que hice a Petén, Guatemala. Luego de disfrutar de hermosos lugares turísticos e históricos como las magníficas ruinas Mayas de Tikal o las asombrosas cuevas de Naj Tunich, decidí experimentar un poco con la comida.
Deseaba probar algo diferente, algo que no había tenido la oportunidad de experimentar antes. Me recomendaron este, para mi desconocido lugar, Hotel y Restaurante La Mesa de los Mayas. En el cual aparentemente vendían platos "exóticos" que no podían ser comidos en otros restaurantes en Petén.
Con un tremendo apetito, abandone la extensa selva Petenera que me envolvia y que esconde ese tesoro divino de una de las civilizaciones mas importantes de la historia de la humanidad, esa arboleda inmensa que cubre las enormes pirámides de Tikal, que cubre esos monumentos que imponentes se esparcen entre una tela de verdes tonalidades y cielos celestes.
Llegando a la Isla de Flores empiezo a sentir una vibra un tanto playera a mi alrededor. Las coloridas casas de madera, el calor caribeño que surfea entre las calles y callejones y la actitud relajada de las personas que viven una rutina que muchos desean vivir en este pequeño paraíso en el Lago Petén Itza.
Pregunto a un par de jóvenes caminantes si conocen este especial lugar llamado La Mesa de los Mayas... con una sonrisa en el rostro y una amabilidad cálida, la joven me indica el camino, una cuadra a la derecha y ahi está a la izquierda. Sigo las indicaciones y llego...
El alto Hotel y Restaurante La Mesa de los Mayas esta a mi izquierda cuando parqueo. Uno de mis acompañantes se baja a ver si aún hay servicio pues es un poco tarde para almorzar. Desde la puerta asiente con la cabeza y nos acercamos a esa aventura. Yo, con un rostro brillante y expectante...
Al ingresar veo un lugar acogedor y fresco gracias a los ventiladores que cuelgan del techo, las paredes están forradas con paneles cuadrados hechos como de paja, las mesas, un poco apretujadas entre si se ubican en un area no muy grande separada en dos. Un señor me indica que puedo sentarme en la mesa que guste del lado derecho del restaurante. (Viendo la imagen anterior, del lado del ventanal derecho) Donde observo dos mesas para dos personas y tres para seis personas.
Me siento y lo primero que llama mi atención, lamentablemente, es que tanto el mantel como el cubre mantel, están sucios. Heridas escondidas de comidas anteriores se esparcen por el mantel blanco y el cubre mantel morado cuaresma.
Espero unos minutos hasta que una señorita se acerca a nuestra mesa, nos entrega los menús saludando con un "buenas tardes" y se retira nuevamente.
Ojeo el menú, veo una amplia variedad de platos con muy poca variación y creatividad, hasta que al fin los veo, Venado a la Parrilla, Tepezcuintle al Horno, Armadillo al Horno y Jabalí (Notar que este último no indicaba como estaba preparado).
Con mis acompañantes decidimos pedir diferentes cosas cada uno, aunque lamentablemente no todo podía ser "exótico" y ordenamos lo siguiente: Yo decidí pedir el armadillo, pedimos venado y un plato tan sencillo como una hamburguesa, de bebidas, dos cervezas y un fruit punch que resultó ser nada mas y nada menos que un licuado de frutas no muy bueno.
Esperamos unos minutos nuevamente y apareció nuestra comida. Un plato de carne de venado fría (no intencionalmente), que al indicarle a la señorita que la carne estaba fría nos vio con una expresión de "que quiere que haga", acto seguido pedimos que la calentaran y la tomo con bastante incomodidad. Cuando por fin llego caliente, la carne tenía un sabor bastante bueno y una textura crujiente por fuera y suave por dentro, se mezclaba la sal que la marinaba con lo dulce y especial de la carne. Las guarniciones eran guacamol y otra de ensalada. El guacamol tenía un sabor poco convencional y nada agradable, similar al sabor que tendría un plato sucio y la ensalada tenía un aspecto no muy fresco.
El armadillo venía sobre una hoja de lechuga con el mismo guacamol y una porción de papas fritas mojadas por el jugo del armadillo. La carne tenía un aspecto agradable con tomates en trocitos esparcidos encima a manera de adorno y salsa. Un sabor agradable en el que se sentían los acentos de condimentos que fueron horneados con el animal, que hubiera sido una combinación bastante especial de no ser porque venía frío.
De la hamburguesa no comentare mucho, sin embargo si diré que ya no me sorprendió cuando la probé y me di cuenta que estaba fría y la carne estaba insípida al igual que las papas.
En conclusión, La Mesa de los Mayas es un lugar para ir si de verdad se quiere probar algo que no esta disponible en otros lugares de la zona como el armadillo, el tepezcuintle, el venado o el jabalí, sin embargo hay que evitar las guarniciones, ignorar el mal servicio y no llevar expectativas en lo absoluto.
Saludos cordiales...
CG
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