He tardado bastante en escribir y me disculpo, ha sido difícil el poderme sentar y dedicarme a hacer los reviews de los últimos lugares que he visitado de mejor manera. Pero tratare de ponerme al día escribiendo esta entrada y comentando brevemente dos lugares adicionales a los que fui recientemente.
Las anteriores entradas fueron únicamente bonus de lugares que tuve oportunidad de visitar durante un viaje, pero espero iniciar ya mas formalmente con esta nueva entrada que espero todos disfruten tanto como yo disfrute visitando la Trattoria Veneziana en zona 10.
Debo admitir que no tenía planeado visitar este lugar, que pareció estar escondido para mi por tanto tiempo. Decidiendo un lugar para comer con el propósito de hacer este review, una amiga que venía con el grupo recomendó que paráramos allí, justo en el Hotel Stofella en el pleno corazón de la Zona Viva, a un costado del edificio Geminis, algo positivo pues el parqueo del sótano del hotel esta disponible.
De afuera el lugar es un poco difícil de observar si se es un poco despistado como yo, sin embargo al ingresar fue una historia completamente diferente. Fui recibido por el agradable sonido de Let's Face the Music and Dance de Tony Bennett, que inundaba la pequeña pero amplia Trattoria, que inmediatamente me transportó fuera de Guatemala. Debo decir que durante el tiempo que estuve allí, me sentí en el extranjero. La música, el ambiente y la decoración del lugar, que es sencilla pero acogedora, hacen una mejor experiencia.
Iván fue nuestro mesero, quien de inmediato nos saludo con una amplia sonrisa y un buenas tardes y bienvenidos, nos paso el menú y nos dio la oportunidad de que lo ojearamos, antes de regresar a tomar la orden de nuestras bebidas. Este tipo de menus son los que me gustan, con suficientes platos para crear variedad, pero no extensos que sean redundantes y que causen confusion. Las bebidas llegaron rápido y en este momento, paso algo que usualmente no pasa en los restaurantes en general. El Chef Roberto salió de la cocina y se acerco a nuestra mesa muy educadamente para ofrecernos los dos platos del día de entradas, que obviamente ordenamos y que llegaron rápidamente.
El primero, unas tortillas de elote con queso acompañadas de una crema de mayonesa y albahaca, el segundo, unas croquetas de salmon y papa acompañadas de una crema de mostaza y otra de cilantro con ajo. Ambos platos exquisitos, bien cocinados y con una presentación fresca, las cremas les daban un sabor agradable y muy rico, aunque la crema de cilantro con ajo se sentía un poco mas fuerte que las otras por obvias razones. (Lamento no tener fotos de estos platillos, pero comprenderán que con el hambre que llevábamos, se acabaron en un instante jaja)
Luego los platos principales, como comenté con anterioridad, el menú permite variedad, sin ser excesivo y repetitivo, así que todos decidimos con facilidad y rapidez. Los amigos con los que visite el restaurante ordenaron un lomito al funghi, una ensalada caprese y un hongo portobello, yo ordene un lomito turandot.
Empiezo por la ensalada caprese, una presentación poco común que la hacía ver no solo apetitosa sino inmaculada, el sabor excelente... bañada delicadamente con un balsámico reducido que le daba un ligero acento a naranja.
También tuve la oportunidad de probar el lomito al funghi, tres medallones de suave carne de res que venían bañados de una salsa de funghi porcini y acompañado de papas en trocitos.
El hongo portobello relleno de queso preparado delicadamente, permitia sentir la agradable textura del hongo y su sabor inconfundible que se mezclaba suavemente con el queso cocinado a su punto.
Y finalmente mi plato, el Lomo TURANDOT, tres medallones de lomito al brandy con una salsa de crema y tabaco, acompañado de unas papas en trocitos. Debo decir que fue uno de los platos que mas llamo mi atención, principalmente por la salsa, y en efecto usan un puro cubano para hacerla, lo que me dejo sorprendido.
La carne venia cocinada como la pedí, termino medio, suave al cortarla, el cuchillo se deslizaba con facilidad al compas de Indiana Lana de Lorraine Feather y yo aún sumido en la sensación de estar en una país lejano. La salsa tenia un agradable y ligero sabor "smoky", si se me permite el uso de la palabra, pues con el primer bocado esta fue la primera palabra que vino a mi mente, y no quiero decir ahumado, porque en ningún momento sentí sabor a ahumado.
Estoy seguro que pude sentir el sabor del brandy y del tabaco mezclándose en mi boca y creando una combinación excepcional de un agradable y sofisticado sabor que no había experimentado nunca haciéndome sentir orgulloso de mi orden.
Concluyendo: Desde hace mucho tiempo he estado buscando un lugar que me diera una experiencia como la que me dio la Trattoria Veneziana... Un bonito lugar, con un excelente servicio y una comida excepcional a un precio relativo, música agradable y que me hiciera sentir en un lugar completamente diferente, lo he conseguido, al fin...
Justo cuando empezaba a perder la esperanza, este pequeño pedacito de Italia en Guatemala se cruzo en mi camino y me hizo recuperarla.
Estoy seguro de que pronto regresare a la Trattoria, traté de recordar algunas opciones del menu que me encantará tener la oportunidad de probar y seguramente no me decepcionaré.
Saludos comensales.